Aunque doloroso, el tropiezo fue clave para que el actor replanteara la forma de abordar su profesión.
Simu Liu alcanzó la fama mundial con Shang Chi y la leyenda de los diez anillos, y todo apunta a que su consolidación llegará con Barbie bajo las órdenes de Greta Gerwig. Dos créditos envidiables, lo que para nada sugieren un recorrido sencillo. Y es que para llegar al éxito, el actor debió enfrentar muchos desencantos. Uno de los más dolorosos fue el casting de Locamente millonarios, también conocida por su título original de Crazy Rich Asians, y que incluso lo llevó a replantear su profesión.
“En una especie de teléfono descompuesto, ya fuera por un ejecutivo de estudio o un director de casting antes de llegar a nuestro lado, obtuvimos [como respuesta]: ‘bueno, Simu no tiene lo que se necesita’. Y eso fue un golpe aplastante para mí”.
La decepción fue tal que Simu Liu sintió “como si alguien me estuviera diciendo que simplemente no era lo suficientemente bueno, que simplemente no era agradable. No tenía esa cosa que hacía que la gente quisiera verlo. Fue en un momento muy difícil para mí, estaba tratando de averiguar si podía ser el personaje principal o si sólo llegaría a ser un personaje secundario durante toda mi carrera”.
Al final, no todo fue negativo. La mala experiencia le llevó a considerar qué estaba haciendo mal. “Me obligó a dar un paso atrás y darme cuenta de que tal vez lo deseaba demasiado. Tal vez estaba demasiado desesperado y esa desesperación se mostraba en mi trabajo. Tenía que haber un elemento de confianza en lo que estaba haciendo y seguridad en mí mismo. Tenía que confiar en que tenía talento, era visible y era bueno”.
Así fue. No hay mejores pruebas de ello que su incorporación al Marvel Cinematic Universe y Barbie. ¡Y lo que viene! Ya que de seguir por esta vía le espera una carrera larga y exitosa.
Sobra decir que todo salió bien para ambas partes. Locamente millonarios triunfó a tal grado que hoy es una franquicia en expansión, mientras que Simu Liu es una estrella en franco ascenso. ¿Coincidirán sus caminos en algún punto? El tiempo lo dirá.
