Recordamos el recorrido cinematográfico de Thor que comenzó con tibieza y resultó en uno de los personajes más fascinantes de la franquicia.
¿Quién es el Vengador más fuerte? La pregunta ha aquejado a los aficionados de Marvel Comics desde la fundación del equipo de superhéroes en 1963 y el dilema terminó extendiéndose a la pantalla grande con el Universo Cinematográfico de Marvel. En la teoría, Thor siempre ha figurado entre los candidatos, pero al menos en el cine no siempre ha parecido así.
El Dios del Trueno se sintió relegado a un rol secundario en buena parte de la Saga del Infinito. Como prueba basta recordar lo sucedido en The Avengers: Los Vengadores, donde ocupó la quinta posición de tiempo en pantalla entre todos los miembros del equipo, superando tan sólo a Hawkeye. Si de personajes en general se trata, es rebasado incluso por Nick Fury y por Loki. Este último, que tantos problemas le ha dado en el cine, también le ha provocado uno que otro dolor de cabeza detrás de cámaras, rebasándolo en numerosas ocasiones dentro de la franquicia individual asgardiana.
En más de una ocasión pareció que Marvel Studios encabezado por el meticuloso Kevin Feige no tenía idea de qué hacer con un héroe mitológico que no parecía tener cabida en una franquicia dominada por la tecnología, la ciencia y el espionaje, ni cómo solucionar el hecho de que su construcción shakesperiana no conectara de lleno con las audiencias. La paciencia de la Casa de las Ideas parecía alcanzar un límite cuando el guerrero fue relegado de la guerra civil que fragmentó al equipo.
Todo cambió con la llegada de Taika Waititi, quien decidió que la mejor forma de corregir el rumbo era con un cambio extremo. Su tono dramático fue reemplazado por uno primordialmente cómico, respaldado además por espectaculares secuencias de acción, alianzas tan poderosas como improbables, así como enfrentamientos contra grandísimos villanos encarnados por artistas de primer nivel. La apuesta funcionó en Thor: Ragnarok que mostró gladiadores cósmicos, un Hulk fallido, una Valkyrie rendida y un Loki incapaz de reivindicarse, todos ellos contra una Hela que encarnada por Cate Blanchett fue capaz de destrozar el Mjölnir como si se tratase de un cubo de azúcar.
Los Russo hicieron el resto con Avengers: Infinity War y Avengers: Endgame rodeando al personaje con un aura trágica de héroe caído. No en batalla como tal, sino en el aspecto más personal donde lo ha perdido todo: su pareja, sus padres, su hermano, sus amigos… sólo le quedaba la responsabilidad de proteger al mundo, pero también falló en eso cuando no apuntó a la cabeza. Irónicamente, fue este punto más bajo el que permitió que Thor alcanzara su punto más alto al ser su paso definitivo a la humanización.
Esto para nada significa que el personaje haya perdido sus habilidades. Todo lo contrario, quizá sea más poderoso que nunca. Pero esta comprensión de las emociones lo ha hecho más vulnerable y con ello más fascinante en todos los sentidos. Atrás ha quedado la deidad invencible, reemplazada por un guerrero de carne y hueso cuyos esfuerzos podrían terminar en su propia muerte. Un riesgo que se torna cada vez más real en Thor: Amor y trueno con la amenaza de Gorr, mejor conocido como el Carnicero de los Dioses y que interpretado por Christian Bale, lo tiene todo para ascender entre los grandes villanos en toda la historia del cine de superhéroes.
La buena noticia es que no estará solo, pues además de Valkyrie, contará con el inesperado apoyo de una Jane Foster reconocida por el poder de Thor. ¿Compañera de batalla o sucesora? La duda resuena con más fuerza que nunca, especialmente ante la retirada de cada uno de los miembros del llamado A6 que tantas veces nos hizo soñar.
Tony Stark pasó del ensimismamiento a la grandeza, mientras que Steve Rogers cambió la entrega absoluta por la posibilidad de disfrutar una vida propia. Bruce Banner pasó de la bestialidad a la consciencia, mientras que Natasha Romanoff y Clint Barton dejaron la letalidad por la amistad y la familia. Ninguno de estos cambios ha sido tan drástico como el de Thor, el dios que eligió ser humano.
Queda mucho camino por recorrer en el MCU y aunque nos queda claro que todo es posible, en este momento parece difícil que cualquier otro personaje del panteón marvelita pueda superar esta evolución. Una prueba clara de que Thor es, efectivamente, el Vengador más fuerte.
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