La Fase 4 del MCU estuvo llena de emociones y controversias. ¿Ustedes de qué lado están?
¡La Fase 4 del Universo Cinematográfico de Marvel ha llegado a su fin! Una dotada de muchas emociones, pero también de numerosas controversias. Hay quienes amaron cada momento, otros pensaron que fue una pausa abrupta en las emociones de la Saga del Infinito. ¿Ustedes de qué lado están? Antes de responder, los invitamos a leer nuestra lista con razones para amar la Fase 4.
Porque abrió las puertas del multiverso
¿Se imaginan si The Avengers: Los Vengadores hubiera enfrentado a los héroes más poderosos del planeta contra Thanos? En vez de precipitarse, el estudio se inclinó por una construcción paulatina que alcanzó su punto climático en Avengers: Endgame.
La adrenalina durante los últimos años alcanzó tales niveles que algunos alegaron una tenue desescalada en las tensiones para las primeras inmersiones al multiverso. Puede que sea cierto, pero el carácter introductorio de esta Fase 4 no impidió una serie de grandísimas emociones provenientes de mundos paralelos, perceptible en títulos como Spider-Man: Sin camino a casa y Doctor Strange en el multiverso de la locura. Si esto fue sólo el principio, ¿se imaginan lo que viene a continuación?
Introducciones, reinvenciones y regresos
Uno de los mayores desafíos de la Fase 4 fue la transición de mantos, ya fuera planeada como es el caso de Yelena Belova o Ironheart, o forzada como la de Black Panther. En ambos casos, el MCU supo sortear todos los obstáculos para garantizar muchos años más de aventuras. No menos sobresalientes fueron las reinvenciones, como la de Spider-Man, quien contra todos los pronósticos y para deleite de los aficionados fue desprendido del manto tecnológico legado por Iron Man y que muy probablemente resultará en una araña más apegada al cómic.
Tampoco nos olvidemos de Loki quien sigue provocando estragos en la franquicia gracias a los beneficios del multiverso. Ni qué decir de las introducciones entre cine y series, de personajes principales, secundarios o incluso cameos, la Fase 4 fue todo un semillero de nuevos héroes y villanos. El universo marvelita sigue creciendo y hay buenas razones para pensar que queda muchísimo camino por recorrer.
Nuevos rostros realizadores
El cambio generacional de Marvel no se ha limitado a los personajes y los elencos, sino que se ha extendido a lo directores responsables de la franquicia. Cineastas como Jon Favreau, Joss Whedon y los Russo hicieron un estupendo trabajo en su momento, pero todos se han ido para abrir las puertas a creativos cuyas respectivas visiones han implicado una auténtica revolución marvelita.
Destin Daniel Cretton hizo un estupendo trabajo en Shang-Chi que le valió la dirección de Avengers: The Kang Dynasty. Chloé Zhao no terminó de conectar con todos, pero nadie discute que su Eternals fue una de las películas más profundas de toda la franquicia. No todos los talentos fueron precisamente nuevos. Ahí está Sam Raimi, quien regresó al cine de superhéroes con Doctor Strange en el multiverso de la locura. La transición continuará con la Fase 5 con el inminente adiós de James Gunn y tentativamente de Peyton Reed.
Una franquicia global
Los altos mandos de Marvel siempre manifestaron su interés por desarrollar una historia global, pero la naturaleza de sus personajes hizo que ésta se limitara a misiones por distintas partes del mundo, que en la mayoría de los casos alcanzaba el clímax en los Estados Unidos. La Fase 4 fue un salto de calidad en este sentido, con argumentos que trasladaron sus acciones a rincones tan variados como Rusia, China y México, y protagonizadas por héroes de estas y otras nacionalidades. En todos los casos fueron más que simples escenarios, ya que la franquicia aprovechó elementos sociales, políticos y culturales de estos y otros lugares para dar mayor riqueza a su trama central. Hoy el MCU se siente más grande y global que nunca.
Inmersión mutante
La Fase 4 pasa a la historia por introducir a los mutantes en el MCU. No fue el debut que imaginamos, pues los rumores siempre apuntaban a los X-Men o al menos a integrantes populares como Wolverine o fáciles de conectar con héroes preexistentes como sería el caso de Storm con Black Panther. En vez de ello y como ya es costumbre en las oficinas marvelitas, la producción eligió un camino inesperado como fue Ms. Marvel, cuyas bases fueron cambiadas para convertirla en hija del átomo. ¿Buena o mala decisión? El tiempo lo dirá.
Le siguió el Charles Xavier multiversal de Doctor Strange en el multiverso de la locura y que disparó incontables especulaciones sobre la posibilidad de que eventualmente volvamos a ver a Patrick Stewart como una tercera encarnación de su clásico personaje. Finalmente, Namor, con otra peculiaridad como el hecho de que su mutación se debiera a un ritual y no un proceso evolutivo. No sabemos qué depara el futuro de estos y otros personajes, pero es un hecho que los mutantes ya están aquí.
